Monday, August 15, 2005

¿Equidad de Género?

¿Equidad de Género?
Por Carlos Aguirre Moreno

Desde 1975 cuando se proclama al año internacional de la mujer, los términos que han definido la lucha del género femenino por mejorar sus condiciones de vida, que por siglos habían sido impuestas por el hombre, han tenido algunos cambios significativos. Durante los años setentas e inicio de los ochentas el termino era “liberación femenina” ello llevó a muchas a definirse como Feministas, y a ser casi vistas como una secta diabólica que vendrían a revolucionar la tranquilidad familiar y el orden social hasta entonces machista. Si bien era necesario un movimiento de esa magnitud para zarandear las conciencias y modificar los paradigmas de la “mujer ideal”, también es cierto que se exageró, y muchas mujeres que se sentían muy masculinas terminaron por apoderarse de este movimiento o por lo menos, fueron ellas a las que se les identificó como portadoras de éste, haciendo que la liberación fuera vista más como una competencia y una superioridad por encima del hombre, lucha que muchas mujeres vieron con cierto desagrado..

Durante la década de los noventas se modifica el termino y se le llama “Equidad de Genero” donde se busca mas la igualdad que la liberación o superioridad, otrora mal entendida. Así les mujeres inician un discurso donde la lucha principal es la equidad en los derechos, oportunidades, valores, respeto, dignidad, es decir; igualdad de todo lo que, desde afuera podemos recibir como género humano. De inicio estaba bien planteada esta propuesta, el problema se gesta cuando esa igualdad se traslada a las capacidades entre ambos géneros, ya que personalmente creo que la única capacidad que nos hace iguales a hombre y mujeres es la capacidad intelectual, de ahí en adelante todas las demás capacidades nos hacen diferentes. En indudable que la capacidad de amor no es igual entre los géneros, así como la capacidad de relacionarnos, la inteligencia emocional también difiere entre ambos, la capacidad de sentir, de percibir, de ver la vida, y sobre todo, la capacidad de la maternidad y/o paternidad es diametralmente opuesta.

No entiendo el porqué algunas de las personas que proclaman la Equidad de Genero se empeñan en hacernos parecer iguales, cuando las diferencias son las que hacen posible, bello y agradable la relación de pareja, ¡benditas diferencias! éstas no nos hacen ser mejores o peores que el otro, solamente “diferentes”. La mayoría de los hombres gustan de mujeres inteligentes, sensibles, esbeltas, bellas al ojo humano y no de aquellas musculosas, masculinizadas, insensibles y con poco arreglo personal, así como tampoco las mujeres gustan de hombres finitos, delicados y afeminados, entendido que puede haber excepciones, pero la regla es otra.

La maternidad suele ser la mayor de las diferencias que podemos percibir, y no solo me refiero a la capacidad de concebir y llevar dentro del vientre materno nueve meses a un pequeño ser, sino a la maternidad en toda la extensión de la palabra, desde la concepción misma, pasando por el amamantamiento, la crianza, los cuidados y atención escolar, (no exclusiva de las madres, pero sí diferente) y lo que es mas importante, la creación de una figura materna fortalecida y adecuada a nuestros tiempos. Esto ultimo pareciera que se ha deteriorado debido a la incursión de mujeres en la vida profesional, ya que muchas de ellas han descuidado su feminidad y han masculinizado su comportamiento, incluso al grado de confundir los roles que a cada miembro de la pareja le corresponde dentro del matrimonio, teniendo como consecuencia muchas confusiones y desvíos en los hijos(as) al ver menguada la figura paterna y modificada la materna, conste que no pienso que esta ultima no deba ser fortalecida, el desacuerdo estriba en ver desvirtuada la figura materna, según los roles que la psicología moderna establece para una sana relación de familia.

Ante esta reflexión, he notado que los hombres tienen por lo general, tres posturas diferentes, algunos piensan que es solo cuestión de semántica y se muestran indiferentes ante este concepto y ante el movimiento mismo, por otro lado los hay quienes están totalmente de acuerdo con todo ello y están dispuestos a aceptarlo –es triste ver que este grupo es el menos, aunque poco a poco van cediendo terreno- y finalmente encontramos hombres en total desacuerdo, desdeñando el papel que la mueres debe tener en la familia y sociedad, y mostrando la postura machista y conservadora de antaño. Pero lo que realmente llama la atención es ver que, aunque la postura de las mujeres es estar mayoritariamente de acuerdo con esta equidad, también es cierto que muchas de ellas temen enfrentarse a una individualidad en la familia y sociedad y a asumir los compromisos y consecuencias de vivir equitativamente, Es cuando se hace presente lo que en psicología se conoce como “Síndrome de Cenicienta” donde los miedos a encarar un rol mas participativo, activo, responsable, ante la forma como pudieran ser juzgadas por la familia y sociedad y ante el temor de dejar la comodidad que muchas mujeres tienen actualmente con la sociedad machista, pesan más que las propias convicciones.

El reto que nos presenta la actualidad a hombres y mujeres, es grande, ya que debemos identificar y hacer conciencia que, en cuanto a derechos los dos géneros somos iguales, también reconocer que solo la capacidad intelectual y de razocinio es la única igualdad que existe en cuanto a capacidades, exaltar por igual las diferencias de ambos, y sentirnos orgullos de ser del sexo con el que hemos nacido (respetando aquellas personas que eventualmente tengan preferencias sexuales diferentes, esto también deberá ser la excepción, pues de lo contrario si se convierte en regla, el genero humano desaparece) y finalmente entender cuales deberán ser los roles adecuados para cada genero dentro de la familia, para evitar confusiones, desvíos y trastornos a los hijos.

Si no logramos identificar y trabajar en este reto, hombres y mujeres habremos perdido la lucha por esa equidad, pero principalmente la mujeres habrán perdido muchas de las características que hasta ahora las han hecho ser verdaderas mujeres, que con orgullo puedan llevar su feminidad por el mundo y sentir que son capaces de conquistarlo desde su posición femenina.

Junio 2005

1 Comments:

Blogger minina said...

Te doy la razón, lo que en un principio pudimos llamar "Equidad de géneros" o la búsqueda de, se ha convertido más bien en una "guerra de los sexos".

Es verdad en muchos aspectos las mujeres deberemos seguir en el límite,nuestras capacidades no son iguales, hay límites para todos, hombres y mujeres, pero de igual forma, gozamos de beneficios diferentes.

Quizá sea sólo cuestión de aprender a vivir con respeto y en el mismo suelo.

3:24 PM

 

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